julio 20, 2021

No saben lo frustrada que me sentía cuando llegaba de una sesión con una clienta enseñándole y ayudándole a organizar su casa y entraba a mi casa. Las pongo en contexto: mi casa hoy está organizada, cada cosa que tengo que  me rodea me da gozo y tiene un propósito y siento que es mucho más fácil limpiarla y hacer las tareas diarias, si, todo esto es cierto. Pero no saben lo que es llegar y ver que mis hijos de 6 y 8 años llegaron del parque y el barro de sus zapatos quedó en toda la entrada junto a sus tennis, que preparando su sandwich dejaron el mesón y el piso de la cocina lleno de pegotes de mantequilla de maní, que estuvieron jugando en la sala y el sofá está con todos los cojines en desorden, que Ana Belén mi bebé de un año sacó todo de un  cajón de la cocina y lo dejó en la mitad del piso y que  todos esos rincones de la casa que que me llenaban de felicidad con mis libros, mis aceites, mi campanita de meditar y mis velas ahora están despejados porque todo lo quiere coger y explorar.

Este “caos ” viene inevitablemente de la vida cotidiana, pero me robaba mucha energía, me hacia sentir cansada, frustrada y me ponía de mal humor, y  cuan cierto es que mi tono y mi energía como mamá define el ambiente para todos en casa. Y como si fuera poco, después de estar envuelta en este mar de emociones llegaba la culpa y la autocrítica por haber estado tan de mal humor y gruñona y haber afectado el ambiente a todos y en la casa. 

Así que hice la pregunta al universo: ¿Cómo puedo crear un ambiente positivo en mi casa? 

La verdad estaba muy cansada de esto, y  más que estar cansada de la situación estaba muy agotada con mi reacción y lo que esto producía en mi y en los que más amo en mi vida,  así que una vez más  hice la pregunta de ¿Qué puedo hacer? pedí  mucha serenidad para reconocer y aceptar lo que no podía cambiar, valor para cambiar lo que si podía cambiar y sabiduría  para entender la diferencia entre lo que dependía de mí y lo que no.

La respuesta siempre llega 

En un tiempo de dos semanas sucedieron muchos eventos que me llevaron a la respuesta: tuve una conversación con una amiga especial, escuché un podcast que me enviaron, mi cuñada me envío un libro perfecto para el tema y adicional, en mis sesiones con las clientas empecé a escuchar con más atención una voz interior que emitía muchos juicios (por fortuna ahora reconozco que las voces de juicio desempoderan y nunca son la voz propia, son voces de otros que se quedan en uno).

¿Qué entendí que no puedo cambiar?

La vida diaria con tres hijos creciendo en una casa y el caos que se genera alrededor del  juego, la comida, la cocina, los proyectos de arte, las tareas de exploración de una bebé, etc.  eso por ahora no va a cambiar.

¿Qué entendí que si puedo cambiar?

El perfeccionismo en mí. Tengo un talento que es intentar hacer todo siempre lo mejor posible pero la sombra de este talento en mi es el perfeccionismo, y esta búsqueda del perfeccionismo es lo que definitivamente impedía que el ambiente de mi casa fuera positivo.

¿Que hice al respecto?

3 acciones que tomé y en las que aún trabajo para  generar un ambiente positivo en mi casa

  1.  Soltar y renunciar a querer ser la mamá, esposa,  y mujer perfecta y darme el permiso de ser la mamá, esposa y mujer suficientemente buena y liberarme de esa carga tan pesada que yo misma me impongo e impongo a los que amo. 
  2. Resignificar el caos y verlo con otros lentes: Una mesa por limpiar representa el espacio y tiempo que tuvimos para conectar en familia, un sofa patas arriba representa mis hijos y su capacidad de soñar, imaginar  y divertirse, un cajón de la cocina desocupado en la sala significa mi bebé de 1 año explorando el mundo porque para ella todo es nuevo.
  3. Cambiar la pregunta de ¿Cómo quiero que se vea mi casa? por la pregunta ¿Cómo quiero que me haga sentir mi casa?  La casa es más que 4 paredes y un techo, la casa y todas las cosas que esta contiene y nos rodean tienen energía propia. Al igual que las personas que amamos, la casa y todo lo que hay en ella nos pueden acoger, soportar, nos pueden trasmitir paz y  armonía,  …y aunque también realicé mi ejercicio de mi visión y  mi  estilo de vida ideal con el que empiezo el proceso con mis clientas, confieso que los board de pinterest con las casas perfectas y  los post de otras mamás con sus fotos de casas estéticamente impecables  hicieron que la estética y el diseño que sin bien son importantes nublaran el objetivo de cómo quería que mi esposo, mis hijos y yo nos sintiéramos en casa .Así que volví a centrar mi atención en esta visión.

Así que si te identificas con algo de esto en tu día a día, te invito a que hagas tres cosas:

  1. Observar en tu día a día cuáles son esos “caos diarios” y encontrar ¿qué experiencias valiosas y significativas hay detrás de ellos?
  2. Escribir en 3 palabras ¿cómo quieres que tu casa te haga sentir a ti y a los tuyos? 
  3. Diferenciar el caos diario del desorden, si no lo tienes claro te invito a leer este artículo para entender la diferencia

Para despedirme te dejo con esta frase que me llena el alma y el día de felicidad:


"Qué liberador es buscar la plenitud en lugar de la perfección"

Morgan Harper Nichols

About the Author Angelica Villarroel

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